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Honestidad brutal: Amor por el Black Metal

Escrito por Juan José Vásquez

el Tue Nov 14 2017

Dentro de la música que escucho y voy descubriendo dí­a a dí­a, el metal nunca me ha llamado la atención, no al punto de exiliarlo a lugares donde nunca lo encontré o escucharé, pero no es mi principal fuente de sonidos nuevos. No obstante, tengo un espacio especial reservado para el black metal, sobre todo el noruego y sueco.

La primera oleada de Black Metal surgió como respuesta al sonido del Heavy y Glam Metal, dar con un sonido más oscuro, mucho más denso y cargado de angustí­a, haciéndolo menos comercial que los otros dos. Dentro de las bandas que formaron la escena y la subsecuente estética están Venom, Mercyful Fate, Hellhammer y Bathory, siendo las más relevantes para los primeros años.

El grupo de bandas de distintos paí­ses adoptó una estética similar, imaginarí­a de í­ndole satánica, ocultismo o una apropiación de sí­mbolos de culturas ancestrales. El uniforme, la etiqueta de vestimenta adoptada fue el cuero, el negro, las tachas que creaban una actitud de amenaza. Y el sonido que los hizo reconocibles: guitarras superpuestas con riffs estridentes, blastbeats en baterí­a, finalizando con voces irreconocibles.

Posterior al asentamiento de la idea de black metal, surgió la segunda oleada. Con grupos como Emperor, Darkthrone, Immortal y mis favoritos, Mayhem. Este periodo comprendido entre finales de 1980 y 1990 es el que le otorgó la fama de un movimiento «˜satánico»™, lleno de sociópatas y escándalos con la quema de iglesias en Europa del norte.

Esta pequeña introducción cumple dos propósitos: en primer lugar, situar el género y su estética. En el segundo, evitar la genealogí­a y numeración innecesaria de bandas para llegar al punto fundamental. El Black Metal como género de música, es pura honestidad. Hay agrupaciones que basan su existencia en la lucha contra la tradición judeocristiana, otras en cambio, son una forma de expresión para personas en que la soledad ha hecho un agujero dentro y solo puede ser llenado con rabia.

Para el Black Metal la música es un medio, no un fin. La finalidad es presentar una visión del mundo donde los cuerpos pueden morir congelados en la intemperie, donde los ancestros han sido reemplazados por nuevos sí­mbolos, en que las relaciones interpersonales están limitadas por la geografí­a. Es un género basado en la alienación, la soledad y la rabia.

La neurociencia lleva años estudiando los efectos del aislamiento social, hay una baterí­a enorme de investigación demostrando el impacto que tiene en el cerebro humano la falta de contacto por largos periodos de tiempo. Si bien, pueden ser en parte debido a la imposibilidad de revertir esa carencia o a circunstancias extremas, los efectos son claros. Entre ellos, se encuentra el aumento en las probabilidades de desarrollar enfermedades mentales, aumento en la presión arterial, cambiar patrones de sueño y más. El Black Metal se instaura ahí­, es a ratos un experimentos, en otros, la expresión de la condición humana en una situación que llevarí­a a cualquiera al borde de la locura.